Se acabaron las 24 horas de euforia madridista. La épica victoria de los blancos invitaba a soñar con un patinazo del Barcelona ante el tercer clasificado. Los catalanes podían acusar la presión de la experiencia de años anteriores, pero el Barcelona de Guardiola poco tiene que ver.
En apenas dos minutos Andrés Iniesta, el gran Andrés Iniesta, recibía al debutante Javi Varas con un derechazo colocado a la escuadra que rompía el hielo en el Camp Nou. Como en tantos y tantos partidos, los hombres de Pep Guardiola necesitaban un puñado de minutos para abrir el entramado defensivo previsto por el técnico rival.
El técnico catalán se había permitido la licencia de reservar a Lionel Messi para próximos partidos. Da igual. En el Barcelona juega un joven manchego que, lejos de la luminosidad de los flashes está a la altura de los mejores del mundo. Antes de los 20 minutos, Iniesta regalaba el segundo gol a Samuel Eto'o, allanándole un poco más el terreno a su trofeo como máximo goleador.
El segundo gol noqueó a un Sevilla al que ni el orgullo por no cosechar una tercera derrota consecutiva le hizo resucitar. Los fogonazos de banda de Capel y Navas se quedaron en tímidas chispas apagadas por la sólida defensa azulgrana. Así siguió el monólogo azulgrana hasta el descanso.
El Barça finiquita en la reanudación
No le bastó con el 2-0 al Barcelona. Ni siquiera la entrada del siempre peligroso Kanouté invitó a recular y reservar esfuerzos para próximas batallas. Una contra de manual con participación de Henry, Eto'o e Iniesta terminó con un inapelable disparo de Xavi a las red.
No sería el último chispazo. Henry, otro asiduo a marcar en este Barcelona, marcaba casi sin querer el cuarto para delirio de la grada. El plácido encuentro permitió la entrada de otros jugadores menos habituales como Hleb, Bojan o Sylvinho. Pudieron ser más, pero Varas y su defensa impidieron una derrota sonrojante.
El triunfo azulgrana, a diez días del gran clásico, es el mejor regalo para la afición del Barcelona en vísperas de la gran fiesta de Sant Jordi. La Liga, una jornada más cerca para los culés.
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